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Los ambiciosos parques del escultor Noguchi llegan a México

Una exposición basada en el trabajo sobre los espacios públicos de ocio del artista estadounidense-japonés se presenta en el Museo Tamayo.
jue 19 mayo 2016 04:15 PM
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Obsesionado con la idea de que el arte también puede ser funcional, el escultor Isamu Noguchi pasó su vida ideando ambiciosos parques que despertaran el ánimo de la exploración y la convivencia, una experiencia que ahora se presenta en una nueva exposición del Museo Tamayo de la Ciudad de México.

La muestra Los parques de Noguchi está basada en el trabajo sobre los espacios públicos de ocio que el artista estadounidense-japonés desarrolló a lo largo de medio siglo, con la constante reflexión de "cómo interactuamos como comunidad", dijo en rueda de prensa la curadora de la exposición, Manuela Moscoso.

Aunque la exposición, que se presenta hasta el 9 de octubre, inicia con muestras de maquetas, bocetos y fotografías de los proyectos de Noguchi (1904-1988), pronto pasa a invitar al visitante a interactuar con las obras, con réplicas de los elementos de juego diseñados por el artista.

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El museo, ubicado en mitad de una de las secciones del céntrico Bosque de Chapultepec, ha dispuesto en sus exteriores unos columpios colgados de estructuras triangulares, un juego de cubos azules y verdes -que a pesar de su apariencia pesan dos toneladas y media- y una sinuosa escultura que se cierra sobre sí misma a modo de gusano que se muerde la cola.

Todos ello, indicó la curadora, dan muestra del juego con los elementos geométricos, la mentalidad del escultor de "hacer de lo genérico algo único" y su vocación para invitar a "explorar".

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A pesar de idear multitud de proyectos para espacios públicos, la excesiva ambición del artista −que configuraba parques que comprendían varias hectáreas− hacía que la mayoría de estos no se pudieran llevar a cabo.

El primero que se pudo poner en marcha fue el de Kodomo No Kuni, en Yokohama (Japón), en 1968. El proyecto, destinado al público infantil, se cayó al año por "no tener fondos", explicó Moscoso a Efe.

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Sí llegaron a culminarse dos parques: Playscapes, en Atlanta (Estados Unidos), y el Moere Numa Park de Sapporo (Japón), cuya construcción comenzó en 1988, año de fallecimiento del artista, y no se completó hasta 2005.

"En el fondo sí le frustraba que no se cerraran a veces los proyectos, pero también era bastante ambicioso y no quería hacer un pequeño parque (...), sabía que lo que estaba pidiendo no era tan fácil de conseguir", señaló la curadora.

Escultor del paisaje

En sus proyectos, Noguchi no se limitaba a idear figuras para localizarlos a lo largo del parque, sino que "esculpía el paisaje", modificando el propio entorno y haciendo que el visitante se sumergiera en una experiencia diferente.

Nacido en Los Ángeles, el artista se trasladó cuando tenía 12 años con su madre a Japón, país en el que permaneció hasta que regresó a Estados Unidos para realizar sus estudios universitarios.

En su vida se cruzó el enfrentamiento de ambos países en la Segunda Guerra Mundial, lo cual supuso un duro choque para él, y le influyó considerablemente en toda su trayectoria.

De ahí parte, en gran medida, su idea de crear espacios de convivencia, y el interés compartido con la generación de artistas de posguerra por crear proyectos que dieran vida a las ciudades que habían sido destruidas en el conflicto.

Su curiosidad interdisciplinar hizo que diversificara sus actividades a lo largo los años. Además de su labor con los parques, no dejó de lado su trabajo escultórico, de diseño de productos o como escenógrafo.

Con la bailarina y coreógrafa Martha Graham entabló una amistad gracias a la cual comenzó sus primeras escenografías, en 1945, en las que transmitió la idea del objeto "no como algo decorativo, sino como algo participativo", resaltó Moscoso.

Como muestra de esta vertiente creativa, Los parques de Noguchi expone el Jungle Gym (Gimnasio de la jungla), compuesto por barras de colores de acero y plástico, y El árbol que cuelga, una pieza que, con cuerda y bambú, provoca la ilusión de que unas selváticas lianas cuelgan en el techo del museo.

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Arquitectura

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