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La última obra de Mauricio Arditti, un nuevo emblema en Puebla

Corporativo Angelópolis es un edificio de uso mixto en la zona de mayor plusvalía de la capital poblana.
jue 11 mayo 2017 12:38 PM
Corporativo Angelópolis_3
Corporativo Angelópolis_3 - (Foto: Cortesía del despacho)

Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la  edición 530 de la revista Obras , 'Programa Nacional de Infraestructura: camino incierto', correspondiente a febrero de 2017. 

(CIUDAD DE MÉXICO) – El arquitecto Mauricio Arditti falleció en octubre pasado, a los 78 años. La edad y el cáncer que sufría no le impidieron terminar su última obra, el Corporativo Angelópolis: una torre de usos mixtos en el corazón de Distrito Sonata, dentro de Lomas de Angelópolis, en San Andrés Cholula, que logra tener una conexión con su contexto y sus diferentes usuarios mediante su posición privilegiada, a un lado del parque central y el lago, que son insignias del fraccionamiento.

"Forma parte de un entorno con áreas verdes en el que se acota, como también lo hace el parque colindante y, a la vez, se adjunta al conjunto de Sonata. De esa forma, los usuarios del edificio trabajan en un espacio interior que se abre al exterior y los locales visualizan el corporativo como parte del espacio urbano", comenta el arquitecto Jorge Arditti, hijo y colaborador de Mauricio Arditti.

Lee: 5 edificios clave de la obra de Mauricio Arditti

Este es un valor agregado, señala el también líder del despacho Arditti + RDT, porque en las grandes ciudades cada quien se desenvuelve dentro de las fronteras limitantes de cada propiedad, pero no hay convivencia entre usuarios internos y externos.

La ambición del edificio es provocar una experiencia de unidad entre el espacio público y el privado. Además, mantenerse activo a diferentes horas genera mayor calidad de vida para los usuarios del entorno.

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Usos mixtos. En la primera planta se encuentra la zona comercial, mientras que las oficinas se ubican en los cuatro pisos siguientes.

El corporativo, construido con un presupuesto de 330 millones de pesos y que agrega una zona comercial en su primera planta y oficinas en las cuatro restantes, completa un complejo que ofrece diversos servicios en la zona de mayor crecimiento y plusvalía de Puebla, tanto para quienes viven ahí como para la población flotante que llega para trabajar o por ocio.

Estructura de alta resistencia

El reto que planteó el proyecto fue dimensionar las secciones de trabes y columnas para conciliar los requerimientos arquitectónicos y de seguridad estructural, en particular, en el volado de uno de los extremos y en la doble altura de la planta de acceso, explica el ingeniero Rodolfo Correa, líder del despacho Correa Hermanos, cuyo gerente de proyectos, Abel Miranda Téllez, estuvo a cargo del diseño estructural.

El concreto armado de alta resistencia (300 kg/cm2 en trabes y 400 kg/cm2 en columnas) permitió cubrir claros entre 11 y 14.5 m de longitud, con secciones relativamente esbeltas.

En el volado de 15.35 metros de uno de los extremos del edificio se optó por puntales tubulares, una solución económica y estructuralmente segura que se integró muy bien a la arquitectura, sostiene Correa. Ese vínculo fue el mayor logro en este rubro.

Eficiente. en los espacios cerrados las luces funcionan con un sensor de movimiento.

Con base en las características del terreno, se pensó en una forma simple, cuyo funcionamiento interno permitiera considerar en la planta baja 1,450 m2 destinados a comercios, el acceso al estacionamiento con 445 cajones y un túnel que comunica al lobby principal y sirve como vínculo con el exterior. En las cuatro plantas superiores, con 13,000 m2 destinados a oficinas, se buscó la eficiencia espacial.

"Creamos espacios corporativos para compañías transnacionales o nacionales, con las bondades para poder crecer tecnológicamente y mantener la eficiencia ambiental en equilibrio, pero, sobre todo, para darle al usuario el mejor confort en el desempeño de su actividad. Seguimos la norma europea al garantizar que ningún escritorio estará a más de nueve metros de una ventana", refiere el arquitecto de ARditti + RDT, despacho responsable de obras como la Torre Reforma Diana o el Museo de Memoria y Tolerancia, en la Ciudad de México.

A partir de una modulación de 1.22 x 1.22 m, cuya primera virtud es que evita el desperdicio de materiales, es posible dividir las plantas en un máximo de 14 secciones, con lo que se logra un espacio flexible que puede aprovecharse en toda su extensión.

"Trasladamos esta misma modulación a la tercera dimensión para diseñar las fachadas (son cuatro, dado que el edificio no colinda con ningún otro) y buscar la mayor iluminación natural para prescindir, hasta donde fuera posible, de la luz artificial durante el día", explica Arditti.

Estructura: En el volado, de 15 m, se optó por puntales tubulares, una opción económica y segura para el proyecto.

A pesar de ello, la iluminación es parte fundamental de este proyecto y, para lograr que fuera sustentable, el despacho L+F realizó un estudio para poder generar un ahorro de energía de más de 30% en las áreas comunes.

"El estudio se hizo con base en un amueblado utópico donde pusimos a un usuario cada 9 m2 en promedio, así se calculó la máxima capacidad del edificio para saber cuál era el desempeño que debían tener las luminarias en un caso muy extremo. Tomando también en cuenta la altura, del piso terminado al plafón y el acomodo de los escritorios, se calculó la ubicación de las luminarias, todas led y de nueva generación", expone Arditti.

Eso permite que el sistema, sobre todo el que está cerca de las ventanas, no se use hasta que no haya luz natural. En los espacios cerrados las luces tienen sensor de movimiento.

"La propuesta de iluminación resalta los elementos formales del edificio y crea vías visuales que orientan al usuario en su circulación dentro de él. Se utilizó un sistema de control que regula la cantidad de iluminación según el día, la hora y la cantidad de luz solar que exista", abunda el arquitecto Luis Lozoya, titular de L+F.

Integración. El corporativo se conecta con su entorno de áreas verdes.

Lozoya también comenta que por su eficacia, mayor a 85 lúmenes/Watt, los ledes permiten un ahorro de 36% sobre la línea base establecida por la norma aplicable.

Además, han reducido los ciclos de mantenimiento a una tercera parte. Un ahorro energético que provoca una significativa miniaturización en las dimensiones de los equipos, lo que los integra mejor a los elementos arquitectónicos, libera espacio en los plafones y reduce los requerimientos de ventilación.

Fachadas antiasoleamiento

El edificio está en la parte central del Distrito Sonata, por lo que puede lucir sus cuatro fachadas. En ellas juegan un papel fundamental los cristales low-e, que permiten reducir 30% los efectos del asoleamiento y los rayos UV.

Además, colocados de manera proporcional con el concreto blanco martelinado prefabricado y el aluminio anodizado natural, logran un ambiente más agradable en el interior y un carácter estético lineal y pulcro.

 

Ahí también se hace presente la modulación, aun en las curvas, donde se solucionó con terrazas en cada piso, que fungen como elementos naturales en la arquitectura para bloquear la incidencia solar y mejorar la eficiencia de la energía interna.

Asimismo, contribuyen a integrar el edificio con la plaza pública, el parque y el lago. "Es fundamental tener comunicación entre interior y exterior. Siempre buscamos que el usuario tenga un respiro y un espacio para llevar a cabo una junta, una reunión, una charla o, tal vez, hasta comer", dice Arditti.

El mayor punto de unión entre el edificio y el paisaje es la azotea verde. "Logramos que pudieran usarla tanto los usuarios internos como los externos. Estamos bus- cando la forma de que las azoteas también puedan ser espacios públicos, darle un valor agregado a la ciudad en muchos aspectos por medio de espacios más vivenciales, que aportan al edificio y a su entorno", agrega.

El objetivo era que el diseño de paisaje respetara e interactuara con las soluciones del edificio, a beneficio de un proyecto eficiente y sostenible. Las formas se crearon a partir de islas verdes, con una banca continua doble y al centro unos taludes que permitieron elevar el nivel para generar el sustrato adecuado para plantar las especies vegetales.

FOTOS: Cortesía del despacho

"Tuvimos dos intenciones de diseño: la primera, formar un borde para filtrar las vistas por medio de árboles; y generar dos ambientes, uno más abierto y flexible, que permitiera tener mobiliario y hacer uso del espacio de distintas formas, y otro más cerrado y privado, para tener pláticas ca- suales de trabajo o lugares más íntimos", dice el arquitecto Rafael López Corona, del despacho DLC, responsable del paisajismo.

Ahí se plantó un 90% de especies vegetales nativas y 10% adaptadas al entorno, en su mayoría suculentas, que requieren riego mínimo, poco mantenimiento y que, en algunos casos, ayudan a disminuir la contaminación y fortalecen la existencia de algunas especies de insectos o aves. "De tal forma, esta azotea ha aportado 650 m2 de áreas verdes", precisa López Corona.

Planeado para obtener la certificación LEED, el corporativo posea una planta de tratamiento de aguas negras que recupera cerca de 90% y las reúsa en los sanitarios, el riego y la limpieza de las fachadas. Para estas se ha utilizado 20% de materiales reciclados y 80% locales, lo que significa que requieren menos mantenimiento y no se han transportado grandes distancias.

Por otro lado, el sistema de aire acondicionado, potenciado por medio de bloqueos naturales que impiden el asoleamiento excesivo, reduce las partículas de carbón y CO2.

De ese modo, el Corporativo Angelópolis da muestra de ser un proyecto integral que no soslaya su razón de ser como potenciador social. "Ha generado vida socialmente y desarrollado una atracción natural de los usuarios hacia la zona, detonó la vida en su entorno y en la plaza", concluye Arditti. 

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