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La captación de plusvalías alternativas

OPINIÓN: Ante el desconocimiento sobre la recuperación de las plusvalías, se requiere de un marco legal que las reglamente y precise su destino.
mar 24 enero 2017 10:32 AM
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528_Antonio - (Foto: Especial)

Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la  edición 528 de la revista Obras , 'Reinvertar la Ciudad. Hábitat III: agenda urbana 2050', correspondiente a diciembre de 2016-enero de 2017. 

(CIUDAD DE MÉXICO) – México ha tenido una verdadera explosión demográfica. En 1950 tenía 25.8 millones de habitantes; y en 2015 somos ya 119.5 millones. Es evidente que si la población del país se cuadruplicó en 65 años, los problemas que eso ha causado son enormes y se han reflejado básicamente en las ciudades, donde ahora se concentra la mayoría de la población.

Eso explica —en parte— por qué el crecimiento de las urbes en México ha sido tan rápido y descontrolado. Además, como crecieron horizontalmente, tienen poca densidad de habitantes y son dispersas y fragmentadas, lo que ha causado que grandes zonas no tengan servicios básicos: agua, drenaje, transporte público… El panorama es grave; se requieren enormes inversiones para dotarlas de servicios.

OPINIÓN: La captación de plusvalías, un beneficio para las urbes

La inversión en obras urbanas ha sido desatendida durante décadas. Y las autoridades, desde distintos niveles, tienen que atender los problemas acumulados; muchos optan por hacer lo mínimo, con el pretexto de no tener recursos necesarios.

La situación se complica porque tampoco tienen la voluntad para buscar alternativas que mejoren sus finanzas públicas; consideran que eso es complicado y que aplicarlas representa un alto costo político.

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Pero la urgente necesidad de ampliar los recursos de los municipios, en un entorno de graves dificultades económicas, ha motivado que se busquen alternativas para fortalecer sus ingresos. Una de ellas es la captación de plusvalías para que los gobiernos estatales o municipales cuenten con recursos suficientes para invertir en proyectos, obras o programas públicos.

La captación por parte del sector público de un porcentaje del aumento del valor de la tierra —su plusvalía— a lo largo del proceso de urbanización, tiene antecedentes en muchos países de Latinoamérica, Canadá y Estados Unidos, donde la reconocen y aplican oficialmente.

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Esa valorización ha sido motivada -desde su origen- por la construcción de obras y servicios públicos, y por las autorizaciones sobre los usos del suelo. Por desgracia, nuestro país está retrasado en la recuperación de plusvalías urbanas y, además, hay una resistencia de muchas autoridades del sector público para recuperarlas.

Esa situación ha permitido que las plusvalías sean aprovechadas por los dueños de los predios; y ha sido especialmente lucrativa con las autorizaciones para el cambio de uso de suelo agrícola a urbano, y con la subdivisión de lotes.

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El objetivo es que ahora los estados y municipios logren una parte de la recuperación de la inversión social que han hecho, para reinvertirla en nuevas obras y servicios urbanos atendiendo las necesidades sociales acumuladas.

Ante el desconocimiento sobre las formas de recuperación de las plusvalías, se requiere un marco legal que las reglamente y que precise el destino de esos recursos; que solo deberán ser invertidos en proyectos, obras y programas urbanos estratégicos. Esa es una manera —y no la única— de que las ciudades tengan recursos y puedan beneficiar a los habitantes y a las zonas que durante años no se han atendido.

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* Arquitecto e investigador de temas de urbanismo.

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Arquitectura

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